
El presidente de Xuntei, Alfonso Ruda, expresó su total respeto hacia aquellos que demostraron «de buena fe» el domingo en Santiago de Compostela en defensa del gallego. Aunque reconoció la «politización» de la protesta, reiteró que su gobierno no tiene líneas rojas más allá de la inmersión o imposición del idioma.
En su intervención posterior a la conmell del Xunta, Rueda afirmó que, además de aquellos que se manifestaron «de buena fe», el último día hubo evidencia nuevamente de motivaciones políticas y politización por parte de algunos, en especial del BNG.
Ruda rechazó la postura atribuida a la plataforma liderada por Ana Pontón, que sostiene que «o se acepta una postura o no hay espacio para el diálogo». Enfatizó que esa actitud es «muy perjudicial».
Por otro lado, defendió que la Xunta ha mantenido desde el principio una postura preferencial: «apoyamos en todo lo que potencie el idioma». Aclaró que la única línea roja es la imposición, aunque se haya tergiversado como campaña electoral.
«En ese caso, nunca estaremos de acuerdo», continuó, enfatizando que el ejecutivo regional está a favor de dialogar con todas las partes. «Hay otros que se niegan a dialogar a menos que se acepten sus términos, lo cual no funciona», añadió.
Insistió en que en su gobierno no hay exclusión y mencionó el episodio en Cidade da Cultura, con la protesta de los activistas de Queremos Galego. Criticó a los grupos que se negaban al diálogo y reiteró que la Xunta está abierta a hablar con todos.
«Toma nota»
Después de referirse a los manifestantes que acudieron a Santiago «de buena fe», al ser preguntado si tomaría nota, respondió que lo haría de todas las posturas, tanto las políticas como las de buena voluntad.
Para todos, pero sobre todo para aquellos que marcharon en Santiago «de buena voluntad», recalcó que el gobierno gallego está abierto al diálogo. A pesar de que haya quienes se oponen a una reunión para discutir un nuevo pacto por la lengua, la Xunta sigue dispuesta a hablar con todas las partes.